Tópico femenino o blasfemia ancestral, nos serviremos de este enunciado para adentrarnos de uno de los proyectos más logrados en el mundo comercial de la segunda mitad del siglo XX. Veamos, ¿cómo convertimos, a simple vista, un juguete en el icono de un colectivo social? ¿Debe aunar tradición y sencillez? ¿O debemos romper con las normas y sorprender a los espectadores?
La historia de la famosísima muñeca Barbie comienza en 1959, de la mano de Ruth Handler, confundadora de la empresa Mattel. Por aquella época, las niñas solían jugar a ser “mamás”, utilizando muñecos tipo bebé. Barbie revolucionó al mundo, ya que proponía dejar a un lado el papel de madres y poder jugar con una muñeca en la que las niñas se veían reflejadas, y que más tarde imitarían para poder ser igual que ella. En definitiva, consiguieron que Barbie fuera un modelo de vida. Pero no todo es fácil en un principio.
En 1988, cuando la muñeca norteamericana llegó a España, el mensaje de bienvenida sintetizaba un rechazo generalizado por parte de muchas asociaciones de madres y padres, profesores, y grupos en pro de los derechos de la mujer, que no confiaban en la nueva muñeca. DESCONFIANZA. Esa es la palabra clave que debemos tener en cuenta, y que no sólo veremos reflejada en esta época, sino que se verá expandida en la época actual, donde la apertura de nuevos medio de comunicación, la globalización del mercado o los nuevos peligros sociales provocan ese desarraigo en la confianza del cliente. Para ello, Barbie, y el resto de negocios en la historia, han contado con la figura de los RELACIONES PÚBLICAS, personas que han de saber transmitir una confianza casi fraternal entre producto y destinatario.
Empatía, saber hablar, entender y escuchar son cualidades necesarias que un relaciones públicas ha de albergar, bajo el lema de “hacer bien las cosas y hacerlas saber”, es decir, resolver los conflictos para que se aúnen INTERÉS PARTICULAR E INTERÉS GENERAL, y que además, el resto del mundo sepa que en tu empresa o en tu negocias sabes hacer que no haya perdedor alguno.
Para ello, su trabajo consta de unas cuatro fases: 1º) Diagnóstico del problema. 2º) Proposición de objetivos. 3º) Diseño y desarrollo de una estrategia, en función de los elementos de la comunicación (canal, mensaje, código y receptor). 4º) Evaluación.
Y así, junto a diferentes actividades con el fin de hacer presente la imagen de un producto, Barbie se coló en nuestras vidas. ¿Cómo? Exposiciones de moda y diseño, patrocinados por la marca, primera conferencia mundial Barbie, con el concurso ‘Cómo conseguir un mundo mejor’, grandes modistos que se disponen a crear los vestidos de la muñeca, primeras becas Barbie, en torno a otro concurso, ‘Qué quieres ser de mayor’. primer estudio en torno a las preferencias laborales de las niñas en España.
Moda, becas, integración laboral. Madres, padres, profesores, asociaciones de mujeres
EN EL BOLSILLO.
Y con poco más, Barbie se ha convertido en la muñeca estrella de toda una generación de niñas que en torno a los años ochenta, noventa y siguientes, han creído ver en su juguete preferido, un modelo de vida que proyectar en un futuro.
Pero no solamente existe este valioso ejemplo en el que todos ganan. Valenbisi es otro sistema en el que tanto Valencia, sus ciudadanos y la empresa gestora salen beneficiados. La Volta al peu, patrocinada por El Corte Inglés, la paella más grande (Guinness record) de Fairy, etc.
Las empresas han de comprometerse socialmente (o por lo menos han de hacerlo creer), 'ayudando comercialmente', intentando crear un mundo mejor. Porque cuando coexiste el silencio, comienzan los rumores sobre la fiabilidad de dicha entidad, como McDonald's con su 'carne de calidad', o las ONG's, de las que mucha gente no se fía, y por ello, publican sus memorias anuales.
Para finalizar, una última reflexión. Cocacola crea en 2009 el Instituto de la Felicidad , una organización que tiene por objetivo conseguir que los españoles lleguen ser felices, encontrando de verdad los verdaderos motivos por los que sonreír. A través de conferencias, reuniones, un programa en la televisión pública o un blog, la empresa quiere hacer mella y patentar incluso "la fórmula secreta de la felicidad". Aquí tenéis un enlace con algo más de información.
Pero, ¿qué interés tiene Cocacola en que seamos felices? ¿Quiere la empresa que, de verdad, lleguemos a realizarnos como personas? ¿Tan difícil es ser feliz, para que tenga que venir una empresa, imagen de la globalización, a decirme qué es lo que tengo que hacer?
Me parece, señores, que el Compromiso Social de Cocacola se impregnó de alguna que otra obra de Robert Louis Stevenson. Pero quiero que opinen, que me digan qué narices piensan de todo esto.
Y recuerden que pueden pagar contrarembolso, con tarjeta de crédito, o con la tarjeta de compra del Corte Inglés. (-20% con carnet de Estudiante). Si no está satisfecho, le devolvemos el (poco) dinero.
El cliente, o sea, USTED, siempre lleva la razón.
En relación a la imagen que las empresas nos ofrecen de ellas mismas, podría hablarse del término RSE (responsabilidad social de las empresas), con el cual se hace un llamamiento al sentido de responsabilidad social por parte de las empresas en cuestión. Además, este concepto abarca la idea de un equilibrio económico que parta de la armonía entre el crecimiento económico, la creación de puestos de trabajo, la protección del medio ambiente y la consolidación de los valores de justica y solidaridad del modelo social europeo.
ResponderEliminarEn pocas palabras, se trata de exigir a las empresas una revisión para que manteniendo los objetivos primarios de creación de riqueza, cumplan también unos objetivos que tienen una responsabilidad directa con la sociedad. Sin embargo, ¿cumplen siempre las empresas con estos propósitos? Y en el caso de que la respuesta sea sí, ¿hay detrás un verdadero compromiso o pura imagen corporativa en favor de sus productos?
Es cierto que cada vez son más las empresas que se preocupan por el desarrollo sostenible, pero, personalmente, creo que la mayoría responden a estrategias de marketing que tienen como principal prioridad ofrecer una imagen de ellas como empresas comprometidas con la sociedad, el medio ambiente, e incluso pretenden hacernos creer, que también lo están con nuestros intereses personales.
Una pregunta que lanzó el profesor en clase...¿Qué fue la Barbie para ti?
ResponderEliminarCon cinco años fui una niña fanática de la Barbie. Soy hija única y para mí, en esa época jugar con alguien en casa, si no venían amigas, se convertía en una experiencia de invención. Inventaba cualquier cosa para no aburrirme, tenía cantidad de Barbies porque era con lo único que jugaba a parte de puzzles y poco más. Solamente quería Barbies: la doctora, la dentista, la patinadora, la profesora, la veterinaria, la novia, la niñera, el coche de la Barbie, la caravana, y así un largo etcétera. Estaba totalmente enganchada a ellas.
Para mí la Barbie era la que me ayudaba a imaginar. Montaba casas para Barbies; las cajas de los VHS me servían de paredes que delimitaban habitaciones, con papel higienico que pintaba hacia las sabanas de las camas, ponía cacharritos de cocina, etc... La Barbie para mí fue la que me ayudaba a soñar e imaginar. Nunca fue un modelo a seguir, nunca quise teñirme de rubia platino ni medir 1.80. Mi modelo de vida en aquella época era simplemente jugar.
Mis padres nunca me lo prohibieron aunque de vez en cuando me reñían porque decían que nunca leía y que siempre andaba hablando sola con esas muñecas... y bueno, ya veis, ahora estudiando Filología Hispánicas (cosas de la vida).
Hablaba sola y me callaba cuando se acercaba alguien. Les ponía voz a cada muñeca, y me inventaba historias familiares, de amor, de amigas, les hacía reir, llorar, algunas eran bailarinas de gimnasia rítmica, otras profesoras, otras veterinarias que cuidaban gatos y perros. Una verdadera locura si lo pienso ahora, pero creo que gracias a esas simples muñequitas comencé a interesarme por la lectura, por escribir cuentecillos, relatos cortos. Creo que con ellas exploté mi imaginación. Era una sola persona que ponía voz a casi cinco muñecas a la vez.
Ahora mi madre y yo siempre lo recordamos con risas y me dice que llegó a asustarse cuando me oía imitar tantas voces, tantas conversaciones e historias. Ahora guardo a las casi treinta muñecas en una caja. Pero cada vez que veo la caja sonrio, me acuerdo de esa pequeña criatura que fui.
Después de la reflexión que hicimos en clase, piesno que tal vez fui objeto de esa empresa...pero ¿y lo que disfrute?