Sin embargo, esto no acaba aquí. Esperamos, que sigáis comentando y podáis apreciar las últimas entradas más detenidamente. Nuestro trabajo ha consistido en crear de este Blog, pero, sin vosotros esto no habría tenido sentido.
Os proponemos que este Blog siga abierto a la escucha de vuestras opiniones, experiencias que tanto nos han ayudado a entender los temas explicados en clase. Aquí siempre habrá un par de oídos dispuestos a escuchar, y un par de manos llenas de dedos ansiosos por responder vuestros comentarios.
Enhorabuena a todos por vuestras exposiciones y cada una de vuestras intervenciones.
Desde aquí, Tomás, Jessica, Jessica y Tomás os dedicamos un fuerte aplauso y damos las gracias a Ricard por hacer esto posible.
Para que tengáis un bonito recuerdo de este corto pero intenso curso, os regalamos unas imágenes y vídeos que os serán difíciles de olvidar.
Enlace matrimonial
Flashmob para Ricard
Foto de nuestra gran Familia Académica
Definitivamente, GRACIAS por habernos alimentado con este menú tan delicioso.
Fdo: Jessica Faure, Tomás Córcoles, Tomás Córcoles y Jessica Faure.
Sobre la idea de la toxicidad informativa que rodea al siglo XXI ya hemos hablado a lo largo de estos cuatro meses. Pero no podemos olvidar el potencial de otros medios de expresión más maduros, como el de la prensa escrita. Actualmente existen numerosas ofertas que intentan atraer a todo tipo de lectores, dependiendo del compendio ideológico compartido.
¿Hasta qué punto podemos considerar que la
prensa escrita es objetiva?
¿Dónde están los límites de las sub-objetividad?
Los periódicos han de ser objetivos. Para subjetividad véase --> REVISTAS.
Existen diversos tipos para diferentes públicos, pero cada uno dirigido a sus fieles seguidores.
Las revistas femeninas van estrictamente dedicadas a mujeres, lo mismo sucede con las masculinas.
¿Tan distintos son los intereses de ambos sexos?
¿Podrían existir revistas unisex, en un futuro, quizás?
Sigamos, y zappeemos al mundo televisivo.
Los telediarios, al igual que la prensa escrita, tienen como función informar "OBJETIVAMENTE". Sin embargo, las pequeñas huellas de modalización parecen invadir los hechos conllevando así alteraciones en la información.
¿Hasta qué punto la subjetividad influye en la fiabilidad de la información?
¿Quién tiene el mando de la TV? Los espectadores.
Abramos una windows, nos metemos en Internet. Esta ventana abierta permite acceder a mucha información, ¿pero fiable?
Pensáis, por ejemplo, que Wikipedia es una fuente de información objetiva? ¿Creéis adecuado que todo el mundo tenga la posibilidad de vender información como "verídica"?
El fácil acceso a esta plataforma conlleva que los más jóvenes dispongan de demasiada información sin saber cómo manejarla adecuadamente.
Pero a la vez, es capaz de relacionar millones de personas con un solo click. Espacios como Facebook, Twitter o Tuenti se han convertido en la Santa Trinidad del Siglo XXI.
¿Quién de vosotros no pertenece a una de estas tres redes?
¿Cuál usáis? ¿Por qué? ¿Y por qué no las restantes?
Por último uno de los medios artísticos más populares del siglo XX es, sin duda, el cine.
al que no solamente debemos considerar como un medio evasivo o de entretenimiento sino que, como futuros educadores, deberíamos instruir a nuestros alumnos a ver más allá de la enorme pantalla, para así, poder emitir un juicio objetivo y crítico acerca de la realidad plasmada por el cine.
Busquen, comparen y elijan. Nosotros lo tenemos claro: ¡Bravo, Compañeros!
Ha llegado el momento de entrar en ACCIÓN. Aquí os proponemos una actividad activa. Os vamos a facilitar la encuesta que elaboraron nuestras compañeras de clase para recaudar información con tal de dar forma a su trabajo. Con ello, podréis, vosotros mismos, hacer uso de ella, encuestando a los estudiantes que os rodean (como indica la encuesta, prioritariamente alumnos de la ESO.) y sacando vuestras propias conclusiones, que nos podréis y/o deberéis comunicar vía comentarios.
Hemos elegido plantear esta entrada de tal manera que podáis aplicar lo dado en clase a vuestro entorno familiar-amistoso-etc. Pretendemos que la materia impartida no solo os involucre a vosotros, sino que se expanda y hagáis cómplices de vuestro saber a todos aquellos que quieran formar parte de esta aventura del conocimiento, reflexión y crecimiento (tanto educativo como personal).
Hasta hace unos años, siempre habíamos asociado “fracaso escolar” con problemas intelectuales, dificultades físicas – psíquicas que impedían un seguimiento normal. Sin embargo, según algunas investigaciones, entre un 30 y un 50% de los fracasos escolares se deben a causas emocionales. De nuevo, la falta de dieta del cariño, con sus 6 abrazos diarios incluidos, deja huella, y esta vez en el rendimiento académico.
La familia o personas que rodean a un niño se convierten en el centro del universo. Por ello, ciertas situaciones especiales que alteran el núcleo familiar como la muerte o enfermedad de uno de los progenitores o de un ser querido por el niño, el abandono, separación del matrimonio, nuevo matrimonio de uno de los padres, nacimiento de un nuevo hermano, situaciones hoy mucho más frecuentes y que siempre que no estén bien enfocadas, afectan enormemente el desarrollo emocional del niño. Y esto, consecuentemente, afecta su rendimiento académico.
Las emociones influyen en este dichoso problema mucho más de lo que pensamos. Pocos hemos oído hablar de depresiones infantiles, sin embargo, están presentes en nuestra sociedad, y mucho. Debido a que los padres trabajan tantísimas horas, numerosísimos niños están solos en sus casas, al volver del colegio, y carecen de ese apoyo que aporta un adulto, ayudándolo y apoyándolo, para realizar los deberes del día siguiente, o para familiarizarse con las tareas de casa, jugar o simplemente hablar. Entonces, millones de niños en esta triste situación encuentran consuelo en videoconsolas, videosjuegos, ordenadores, televisión, etc. Se cierran en ellos mismos, crean una coraza para protegerse del abandono, de la soledad que están sufriendo. PELIGROcuando llegan a la adolescencia, donde el alcohol y las drogas parecen refugio.
Entonces los padres se excusan con “no tengo tiempo” y sobre todo “yo no tengo estudios, no puedo ayudarte en los estudios”. No entienden que de lo que sus hijos carecen no es de capacidad intelectual para resolver una ecuación, sino de apoyo, de atención y de cuidado. Y aquí es donde y cuando los padres se lavan las manos echan la culpa a los profesores, acusándoles por no llevar a cabo una educación más personalizada, por no dedicarle a su hijo el tiempo que ellos no le dedican. Pero hay un dato que pasan por alto, en una clase de 25 alumnos una atención personalizada es prácticamente imposible. Los profesores informan a los padres que sus hijos están desatendidos, desamparados, que muy probablemente el problema no radique únicamente en su hijo, sino que ellos podrían tener algo de culpa. Los padres se sienten ofendidos y deciden mostrar cariño y afecto a sus hijos, así:
Cielo, no te preocupes, si apruebas mamá y papá te comprarán una PlayStation 4!
¿Han entendido bien los padres el problema de sus hijos? ¿Actúan correctamente? ¿Creéis que en el problema del fracaso escolar el alumno representa un eslabón más o la culpa y responsabilidad de su fracaso es absolutamente suya? ¿Qué podemos hacer? ¿Qué soluciones contempláis como futuros docentes o padres?
F R A C A S O ¿es la palabra adecuada para hablar de este fenómeno masivo y alarmante?
Seguro que muchos de vosotros habréis escuchado, en más de una ocasión, a vuestros abuelos e incluso padres decir que el colegio de antes no tiene nada que ver con el actual. Muchos afirmarán haber cantado el “cara al sol” diariamente en el colegio, haber asistido a misas durante la hora del recreo, haber recibido fuertes golpes en las puntas de los dedos con una regla de madera y alargada, haber visto aterrizar considerables trozos de tiza blanca en su frente, etc.
Frente a ese ambiente tan dictatorial, hoy en el día se pretende que las clases sean muy diferentes, se concede a los alumnos una potestad que anteriormente no podían ni imaginar. Se asigna al estudiante un papel relevante, frente a la marcada jerarquía tradicional, donde el profesor estaba por encima del alumno, literal gracias a-por culpa de las tarimas. ¿Pensáis que por querer disminuir las exageradas diferencias entre alumno-profesor ha volcado la báscula? Es decir, ¿han tomado el poder de las aulas los alumnos? Antiguamente, los docentes contaban con una gran autoridad, no solo ante los alumnos, sino también antes padres de alumnos. Estos les otorgaban a los profesores el mando y cargo de sus hijos, en caso de que un alumno se portara mal, el profesor podía tomar medidas ante su mal comportamiento; hoy en día, si un alumno se porta mal en clase y el profesor pretende corregirlo, castigarlo, ipso facto el alumno “se chiva” a sus papis y los padres denuncian al docente. ¿Quién manda, pues? ¿Creéis que así debería ser? ¿Hemos pasado de un extremo al otro? Queríamos dar una solución y hemos aportado otro problema, incluso podríamos decir el mismo problema pero inverso. ¿Cuál es la solución? ¿A quién podemos o debemos culpabilizar? ¿Alumnos? ¿Profesores? ¿Padres? ¿Sociedad? ¿En qué ambiente un profesor cumple más su papel de docente? ¿En el ambiente tradicional o en el moderno?
¿En qué consiste la tarea de un docente? ¿En presentarse cada día al instituto e impartir materia? ¿O se trata de un trabajo mucho más complejo? Los alumnos de entre 5 y 22 años pasan más tiempo con sus diferentes profesores que con sus padres. ¿Está, pues, la profesión de docente desvalorizada? No hay más que echar la vista hacia atrás. Seguro que tendréis muchísimos recuerdos de profesores, unos muy buenos, otros no tanto, pero sin lugar a duda, han formado y formarán para siempre parte de vuestras vidas.
Los profesores tratan con jóvenes adolescentes, llenos de pájaros en la cabeza. Intentan formales, pensando en su futuro, sin embargo, en las listas de preocupaciones de los cerebros hirvientes de los muchachos no aparece la preocupación FUTURO, lo importante es el día a día, el hoy sin importar el mañana. Por ello, los profesores han de captar su atención, han de seducirles, para poder así disfrutar de un feliz viaje, juntos. Meterse a los jóvenes alocados en el bolsillo no es sencillo, pero, con amenazas, desprecio, ignorancia no se consigue ni conseguirá nada, en absoluto. De nuevo hemos de recurrir a la famosa dieta del cariño, de la confianza, del apoyo, creer en sus alumnos y demostrárselo. Usaremos nuestro rico lenguaje, reforzado por nuestros actos, y conseguiremos nuestros objetivos de la mejor forma posible tanto para los docentes como para los alumnos.
Desde que somos conscientes de nuestra propia existencia, participamos del hecho intrínseco de nuestra muerte. Quizás ahora nos parezca una introducción dura y algo pesimista, pero conforme vayan pasando los años, y nos acordemos de este párrafo inicial, comprobaremos que hemos perdido ese temor a desaparecer. Una definición categórica de la muerte sería la de cesación o término de la vida. Pero creo que todos sabemos que en el caso de ver morir a una persona, demasiadas emociones corren en derredor de esta definición. Es muy difícil llegar a asimilar que nunca más vas a ver a esa persona. Que nunca más vas a poder abrazarla, ni a preguntarle cómo está. Y a veces siempre nos quedará el recuerdo de que la última frase que le dijiste no era suficiente para demostrarle todo lo que sentías por ella. Pero eso nosotros no lo sabíamos.
¿Cómo se comunica a un nieto que su abuelo ha fallecido? El abuelo ha hecho un viaje del que no regrasará, la abuelita no está, los abuelos ya no podrán nunca más llevarte al cole. Para un adolescente, la muerte es un acto desconsolador, ya que normalmente se rehusa de conversación sobre el tema. Sinceramente, no hay manera de entender que tu abuela, simplemente, ya no está. Los adultos, sin embargo, ejercen ese papel de sufridor y comunicador de la muerte, por lo que han de ser más conscientes todavía. Y las personas mayores, por último, son aquellas a quienes menos sorprende, debido a la cercanía con esa hora de marchar. Aunque siempre hay varias posturas en torno a ella.
La vieja bordadora, que no se casó nunca, y perdió a su única amiga, suicida: “Duermo, y cuando no duermo lloro. Quisiera darme cabezazos contra la pared. Tengo 83 años. Demasiados. Ya debería estar muerta: total, a nadie le importo, nadie en este mundo sabe que existo.”
¿Y qué pasa después? Vemos como nuestro mejor amigo llora desconsoladamente la muerte de un hermano. ¿Cuándo le preguntamos? ¿Cómo? Nos atemoriza sacar el tema, pero quizás saber qué está sufriendo y no poder hablarlo es lo que nos mata por dentro.
La muerte es un compendio sensorial. Lás lágrimas nos dejan ver el dolor, las vestimenta negras de luto, el olor de velas o el sonido de campanas y marchas fúnebres forman parte de este contexto. Pero no podemos olvidar la relevancia del tacto en el hecho lingüístico de hablar sobre esto,
¿Queréis que os entierren de una manera tradicional o que os incineren?
¿Existe realmente un negocio con las empresas funerarias?
¿Creéis que es importante ir al cementerio a visitar a nuestros difuntos?
¿Por qué pensamos que "están allí"?
¿Preferís que os pregunten, pasado ya un tiempo, acerca de ese familiar, o queréis que no os saquen el tema?
Para terminar, solamente me gustaría decir que no entenderemos qué es la muerte hasta que no la veamos cerca con nuestros propios ojos. Y me gustaría también denunciar y acribillar a un tópico como es que el tiempo lo cura todo. Falacia inventada. El tiempo solo es el escenario de la obra en la que tú has de seguir luchando. Y por mucho que recuperes tu vida normal, cada día, a cada minuto en el que despejes tu mente de la rutina, soñarás con poder abrazarla, o con poder llorar en sus brazos. Por eso es tan importante no desaprovechar ni un segundo de nuestras vidas con aquellas personas a las que nunca dejaríamos de amar.
De todos es sabido que las relaciones entre médico y paciente podrían describirse de lo más variopintas y particulares, ya que desde del factor lingüístico hasta el diagnóstico final, pasando por el reconocimiento de la enfermedad forman parte de esa interacción social. Para discurrir un poco más sobre ello, nuestro equipo de reporteros ha instalado (sin previo aviso y sin licencia) una serie de micros en la cafetería del Hospital Clínico de Valencia. Veamos qué piensan médicos y enfermos acerca de la cuestión.
[MICRO 1]
-Definitivamente, tanto lo que digas como lo que no digas es determinante en un trabajo como este. Tengo que jugar a los avioncitos con los niños para clavarles una puñetera jeringuilla o más tarde hacer de político y convencer a los abuelos de que se van a curar con las pastillas que les receto.
-Ya te digo. Y luego dicen que el aspecto no habla por sí solo. Ayer me dijo Marta, la chica nueva de Alicante, que un hombre le había llegado a decir que le dolían los adornos de Navidad. ¿Perdón? Sí, ya me entiende, las... fosas nasales de la otra nariz... ¡Lo... que ponen las gallinas! Yo flipaba cuando me lo contó.
-Eso no es nada. El otro día me vino un padre con su hija, y se tiró media hora para contarme que a la niñita le dolía la tripa, que le dolía mucho la cabeza y que estaba muy estresada. Al final, le dije que se marchara un momento y la chica me dijo: Perdone, pero se pone muy pesado. ¿Me puede recetar algo para el dolor del periodo?
[MICRO 2]
-Mira, Manoli, esto es una vergüenza. Yo sé que muchas veces hemos comentado que don Marcos es un hombre guapísimo, y que para tener sus cuarenta años bien entrados, tiene un muy cuerpo. ¡Pero es un depravado! ¡Me rozó un pecho y me tocó con obscenidad el otro día! ¡Y si le puse y la próxima vez...Ay, Dios mío!
-Carmela, eres un puritana. Menos mal que a tu marido no le pasa nada grave, porque como tuviera que quitarse algo delante de su médica de cabecera, le iba a faltar tiempo. No hay que ser así, los médicos necesitan tocarnos para ver qué tenemos, pero es un manera de tocar muy profesional, con respeto y experiencia. Es necesario e importante, así que déjate de tontunas.
[MICRO 3]
-Buah, pues yo estoy hecho un lío. Hemos descubierto que un muchacho de unos treinta y tres años tiene ya un tumor bastante desarrollado. Me han dicho que no se puede hacer nada por él, y que en menos de seis meses puede que fallezca. Acaba de tener un hijo, lo sé porque me lo ha estado comentando. ¿Qué hago? ¿Le digo que se va a morir en menos de un año? ¿Hablo con la mujer?
-Escucha. Lo primero, tranquilízate. Hace unos meses, le detectamos a un señor ya mayor un pequeño tumor cuya extirpación era bastante compleja. Yo hablé directamente con él, y le dije que teníamos que operarlo en unas semanas, pues de no ser así, probablemente moriría. Antes de ser finalmente intervenido, me dijo que había disfrutado como si cada día fuera el último. Tras la operación, el hombre salió totalmente recuperado. Tú no puedes saber cómo se lo va a tomar, pero si crees que se va a hundir, habla con su mujer, por prepararse para lo peor. También te digo, él tendría todo el derecho a saber la verdad.
Y vosotros, lectores, ¿qué harías si fuerais médicos y tuvieses que notificiar una enfermedad terminal? ¿Y si fuera un hermano o un padre a quien se lo tuvierais que comunicar? ¿Qué pasaría si ese mismo cáncer del anterior muchacho lo tuvieráis vosotros? ¿Qué haríais?
¿Creéis que es importante confiar en la profesionalidad de los médicos?
¿Podemos relajarnos ante ellos?
¿Qué cosas os inspiran más o menos confianza?
¿Pensáis que el hecho de que los famosos hagan públicas sus enfermedades ayuda a otras personas a llevar sus mismo problema de una manera más natural?
Nuestros ojos miran a los niños / personas discapacitadas, entre ellas con Síndrome de Down, con cierto brillo. Sin embargo, ese brillo no debe representar otra cosa que respeto, entendimiento y comprensión.
Sabemos que a las personas con Síndrome de Down responden mucho a muestras de cariño, afecto y amor. Por ello, podemos aprovechar ese sentimiento hiperdesarrollado para llevarles hacia un camino mejor. Debemos, como padres, amigos, voluntarios o docentes obrar como guías; no usaremos mapas ni brújulas, sino nuestro don de la palabra, el lenguaje del cariño, el interés y la preocupación, dándoles la mano y acompañándoles durante todo el camino. Si esta tarea la realizan únicamente los padres, será muy difícil lograr que encuentren su lugar en nuestra dichosa sociedad; sin embargo, si todos ponemos de nuestra parte, si, vayan donde vayan, estén donde estén, con quien estén, se encuentran a gusto, tratados como debido y merecido, entonces se considerarán uno más entre la multitud, dejando de lado sus discapacidades y centrándose en el vivir, en el querer y en el sentirse querido.
Resulta un tanto difícil explicar qué aportan estas dulces personas, qué hacen sentir, qué son y qué se merecen. Pienso, sinceramente, que, solo con dedicarles un día de nuestra ajetreada rutina, entenderemos todo aquello que hay que saber, que sentir y que entender. Aconsejo, por tanto, como cosas que hacer en esta vida aparte de plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, visitar una asociación de discapacitados y ofrecerles un poco de nuestro tiempo, a cambio, les aseguro que ellos os regalarán sin darse ni cuenta. Harán cambiar vuestra forma de verles y, subordinadamente, la forma de ver nuestra sociedad y las gentes que la integran.
Me gustaría contaros una pequeña experiencia que viví hace un par de años, que me marcó y bastante. Volvía de Sueca, de pasar el día con los miembros de “A passar-ho bé” una asociación de discapacitados, donde una quincena de pequeños, jóvenes y no tan jóvenes, e incluso mayores, me habían regalado abrazos profundos, besos infinitos y miradas alegres. Tras pasarme todo el viaje entre sonrisas y lágrimas de emociones y conmociones, al llegar a la estación, bajando del tren fui testigo de una escena desgarradora. Una mujer “normal” empujó hacia un lado gritándole a un “subnormal” que tenía prisa, que qué c*ño hacía en medio que se apartara de una vez, que ya estaba bien de molestar. Medio perpleja bajé del tren y me pregunté muy sinceramente quién c*ño era el subnormal en esta historia.