jueves, 1 de diciembre de 2011

Hola, me llamo Sonia.



Buenas tardes, soy la niña que aparece en el vídeo hablando con mi papá. Me llamo Sonia y me gustaría contaros ciertas cositas acerca de mí y de mi nacimiento e infancia. Cuando nací, lo primero que hizo mi abuela fue pegarme el culo: “pam, pam, pam”. Como yo nací decidida a ser fuerte y luchadora, no lloré, sin embargo, ella insistió, insistió hasta que, finalmente, medio por dolor, rabia e impotencia, eché a llorar. ¿Cuál fue mi sorpresa?, que fue entonces cuando todos se pusieron contentos, sonrientes. Mi llegada al mundo me pareció muy rara, ¿a vosotros no?

Pronto comprendí que llorar iba a ser mi modo de comunicación durante mis primeros meses. Pero yo oía a mi madre y mi padre hablar, y quería hacer como ellos. Así que, como habéis visto en el vídeo, lo hice, todos se echaron a reír… Yo no entendía nada… solo intentaba hacer como ellos. Por suerte, me di cuenta enseguida que no estaba pronunciado correctamente las palabras que ellos decían, así que estuve más atenta y por fin lo hice bien. Yo creo que mi tía Susana tampoco lo hace muy bien, y sin embargo nadie se ríe de ella, siempre termina las palabras en –ita: me llama: guapita, niñita. No sabe llamar a mi perra Wendy, le llama “guau guau” ¿Por qué lo hace? Creo no sabe hablar, y eso que es ya mayor… aunque no lo sé seguro.

Sabéis, hoy mismo he escrito mi carta a los Reyes Magos, como me ha pedido mi mamá. No entiendo muy bien ni por ni para qué me hace hacer esto, si dentro de unos pocos años me va a decir que todo era mentira, que ni los Reyes, ni Papa Noel, ni el ratoncito Pérez existen. Luego me dice que no diga mentiras… pero si ella lo hace. ¡No entiendo a los mayores, son tan raros!

Me gusta mucho que mi papá me cuente cuentos. Así paso un poco de tiempo con él. Mi papá trabaja mucho, todo el día está en la oficina y llega a casa muy tarde. No puedo cenar con él, pero después viene a mi cuarto, se tumba conmigo en la cama y me cuenta cuentos. A veces mamá se enfada si papá me cuenta muchos cuentos, porque dice que tengo que dormirme ya, que ya esta tarde y que mañana no habrá quien me levante. Yo creo que lo dice porqué está celosa y no quiere que mi papá me quiera más que a ella. Aunque mi papá me grite a veces cuando hago las cosas mal, yo sé que me quiere muchísisisisisimo, porque me lo dice todas las noches, por eso creo que mamá se cabrea. Pero ella también me quiere, pero también quiere a mi papá tanto como yo.

El año pasado se murió Naya, era mi perra. Yo decía que era mi hermana porque la quería mucho, mucho. Mis papás me dijeron que se había ido al cielo con su familia, que iba a estar muy feliz y que desde arriba me cuidaría. Yo sabía que en el cielo no podía estar, porque Naya pesa mucho se caería. También sabía que no iba a volver nunca, y que no estaba muy bien porque vi a mi mamá llorando. Todos estaban tristes, por eso yo sabía que de algo malo se trataba. Ahora ya sé que está muerta y ya no la voy a ver, pero nadie me lo ha dicho nunca.

Yo no entiendo nada de los papás y mamás. Podríais ayudarme a comprender cosas, para cuando yo sea mamá pueda explicarle a mis hijos las cosas claramente.

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Como veis, la pobre Sonia está llena de dudas y preguntas, ¿qué tal si entre todos intentamos orientar sus confusiones? Comentadle, explicadle a Sonia por ejemplo:

¿Porqué dan golpecitos a los recién nacidos para que lloren?
¿Sin palabras no hay expresión? o aunque Sonia no sabía hablar le expresó algo a su papá? 
las palabras no son suficientes para expresarse, y viceversa, que a veces no hace falta palabras para que podamos expresarnos.
¿Debemos hablar con los niños con diminutivos y onomatopeyas?
¿Por qué y para qué les creamos una ilusión con el Papa Noel, los Reyes, Ratón Pérez? Si luego les decimos que todo es mentira?
¿Por qué mentimos al hablar de la muerte?
¿Cómo demuestran los padres cariños hacia sus hijos? ¿Y al revés? 


6 comentarios:

  1. Buenas!! por fin me meto en esto. Llego un poco tarde pero yo quiero compartir con la clase el Lip-Dub que hicimos en mi club. Es un Flash-move:

    http://www.youtube.com/watch?v=U-15RKohfvQ

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  2. Hola, soy Shima y, después de tiempo intentando hacerme la cuenta, parece ser que al final, hoy me ha dejado. Quería comentar respecto a esto es que los padres tienen que demostrar el cariño hacia sus hijos de la mejor forma que podemos hacerlo todos: con sinceridad. De nada nos vale comprar a los niños, si luego, a la hora de la verdad, no les damos el cariño que ellos necesitan o la atención que requieren. Está claro que un niño tiene que ilusionarse, nada nos puede gustar más que arrancarles una sonrisa, de esas auténicas que solo ellos saben hacer. Pero, ¿cuándo pasamos este límite? desde el momento en el que dejamos que lo material ocupe aquello que tendría que pertenecer a nuestro cariño y amor. A partir de ahí es cuando el niño, a pesar de no tener ninguna falta material, empezará a desarrollar una carencia paternal y/o familiar importante.

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  3. Yo quería comentar que en cuanto a lo de hablar a los niños con diminutivos y onomatopeyas, sí puede que a la larga sea perjudicial si el niño empiza a decir "guau guau" en vez de perro o cosas así pero por otro lado, a mi por ejemplo me resulta raro hablar a los niños como si fueran personas mayores y no puedo evitar que se me escapen los diminutivos o utilizar un lenguaje más dulce y que les sea más fácil entender.

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  4. Mi madre siempre ha estado en contra de usar diminutivos o léxico diferente al hablarnos a mi hermano y a mi y, por tanto, aunque no se dirigía a nosotros como si fuéramos adultos, tampoco recurría a ese lenguaje infantiloide que en nada ayuda al niño. Se extrañaba mucho cuando en el parque sus amigas les decían a sus hijos :"chichi"; "ma"; guau guau" y otros términos del estilo. De este modo, cuando era pequeña me expresaba con bastante claridad y corrección y la gente se sorprendía de que "pareciera una niña mayor" hablando.

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  5. Respecto a lo de Papa Noel, los Reyes...yo creo que es algo muy importante en la vida de un niño. Todos hemos vivido noches en vela esperándoles y, para mí, las Navidades dejaron de ser lo mismo cuando descubrí la realidad. Creo que darles esa ilusión a los niños es algo muy importante y muy sano. No creo que nadie, al enterarse de que todo era mentira, se haya enfadado con sus padres por ello...pues eso hizo de nuestras navidades y de nuestras caídas de dientes, algo mágico.
    Y sobre lo de la muerte...pienso que es muy difícil explicarle a un niño qué es la muerte y ya tendrán tiempo de entenderlo, pero por el momento, para mí, es mejor evitar ese mal.

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  6. A mí me gustaría participar en esta entrada con una anécdota de cuando era pequeño.

    Resulta que yo tenía unos vecinos un poco más mayores que yo. Sin embargo, la diferencia de edad era mínima y eso no impidió que jugáramos todas las tardes juntos hasta hacer bastante mayores. La verdad es que andaban algo más avispados que yo y, como los niños no tienen compasión, intentaron arrebatarme la fe en los Reyes Magos bastante pronto. Así y todo, unos amigos de clase me "metieron el miedo en el cuerpo", porque me avisaron diciéndome que so los Reyes me oían decir que no existían dejarían de traerme regalos. Así que, recuperé la fe ciega en los Reyes que caracteriza a los niños.

    Algunos años después, descubrí por mí mismo toda la verdad una noche en la que no podía dormir por los nervios de los regalos. Entonces pensé que podía fingir que seguía creyendo en los Reyes por lo que pudiera pasar y por gastarles la broma a mis padres. De modo que, cuando mis padres empezaron a sospechar que lo sabía, tuve que confesar. Lo bueno fue cómo me miraban, porque durante un tiempo fui yo el que preservé su ilusión por vernos a mi hermana y a mí levantarnos el día 5 con los ojos como platos. Esto me ha hace pensar que quizá los padres esperan más que los hijos esa noche de sueños y alegrías, solo por a sus hijos rebosar de felicidad.

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