Dentro de la burbuja materialista que es nuestra sociedad vaga un componente particular. Es invisible y no se puede tocar, pero sin duda está más que presente en nuestro día a día. El tema del que vamos a tratar es EL OLOR.
Los aromas influyen en nosotros, nos producen una gran variedad de sensaciones, y varían dependiendo de cada país, cultura, sexo, edad…
-incomodidad. ¿Los olores nos producen pánico? ¿Cómo os sentís cuando, por cualquier circunstancia, tenéis que descalzaros? Si mantenemos una buena higiene, no tenemos por qué preocuparnos… ¿o sí?
-cultura: El olor se convierte en una ventana hacia una cultura. Cada país contiene su propia fragancia, no huele igual Alemania que Italia, ni España que Nueva York. ¿Por qué? A los estudiantes viajeros cedo la palabra, ¡opinad! Lo mismo sucede con las culturas, cada cultura huele de manera distinta. ¿Qué aroma nos gusta más, el de la cultura a la que pertenecemos, todos nos gustan por igual, alguno concreto que no sea la nuestra?
-lugares: También los lugares se perfuman. ¿Pero lo hacen correctamente? Muchas tiendas se ambientan con un toque de olor a rosas frescas, quizás con el propósito de crear un ambiente más agradable que motive a comprar más. Pero, ¿qué opináis de los olores que invaden el transporte público? ¿A qué motivan esos olores? ¿Creéis que sería buena idea ambientar las clases?
-sexo: El modo de perfumarse de una chica y de un chico son muy diferentes. Vimos en clase que los chicos tienden a pulverizar la fragancia por todo el cuerpo, sin puntos concretos, mientras que las chicas los hacen en menor cantidad pero en lugares específicos (muñecas, detrás de las orejas y en el cuello-corazón).
-edades: Dependiendo de la edad, gusta un tipo de perfumes u otro. Esto se ve acompañado de los distintos envases de perfumes o colonias que varían, cambiar y se moldean dependiendo del consumidor o cliente al que van dirigidos. ¿Por qué se perfuma a los bebes? En Alemania y Austria y otros países del norte, se considera una barbaridad hacerlo.
-economía. Como vemos, nuestro olor dice mucho de nosotros. Por eso, queremos que los productos que nos perfumen sean buenos. ¿Pero cuánto cuesta llevar un buen perfume? Mucho. Por eso, se han creador imitaciones de perfumes de marca. ¿Qué diferencia hay entre llevar una colonia de marca o llevarla de imitación si supuestamente huelen igual? Aquí entran en acción: personalidad y prestigio.
-recuerdos: A través del olfato podemos recordar una persona, un momento, un lugar… Por ejemplo, al oler lavanda podemos recordar un lugar de la infancia donde jugábamos y éramos muy felices, etc. Pero también podemos, mediante el olfato, provocar el recuerdo de una persona (persona querida ausente, fallecido, lejos, etc.). Muchas parejas de enamorados se intercambian algunas prendas de vestir, cuando van a pasar un largo período separados, para poder así sentir el olor de su amado cuando no está y sentirlo cerca cuando tampoco lo está. Esta táctica se utiliza también para tranquilizar los bebes colocándoles una toalla o prenda con olor a su madre cerca.
-regalo: a lo largo de nuestra vida nos regalan flores. Para celebrar un nacimiento, una comunión, una boda, pero también un fallecimiento. Hay quien asocia las flores con las muertes, los cementerios, por lo que tiene un especial respeto hacia ellas.
-problemas: Los olores pueden ser también problemáticos. En clase planteamos la difícil situación en la que se encuentra un docente cuando algunos o alguno de sus alumnos huelen mal. ¿Cómo ha de actuar el profesor? ¿Cómo tiene que decirle a un niño que huela mal?
Aquí dejamos una batería de preguntas abiertas, esperamos que ofrezcáis vuestras respuestas. Podéis además aportar cualquier tipo de información, vivencia, curiosidad, o simplemente comentar, opinar, juzgar y reflexionar acerca de todo lo dado en clase y expuesto en este blog.
¡Gracias!
(Adrián Soto)
ResponderEliminarEl tema del olfato y de los olores es muy controvertido. Me gustaría comentar una anécdota desagradable que vivimos en mi clase durante toda la E.S.O.
Una compañera de clase tenía un peculiar olor corporal, muy desagradable. Durante dos años lo soportamos en silencio. En tercero de E.S.O., con la inclusión de deportes de contacto en Educación Física el problema se agravó hasta el punto de que, en cuarto de E.S.O. tuvimos que comprar un ambientador para la clase.
El problema por tanto es: ¿cómo decir a alguien que su olor corporal es desagradable?
Hola, a mí me gustaría comentar el aspecto cultural del olor. Hace poco me ocurrió la versión valenciana de Victoria Beckam y su comentario de que este país huele a ajo. Tengo una vecina que es de un pueblo de Cuenca pero vive aquí hace ya unos cuantos años. Me la encontré después de las vacaciones y le pregunté que tal la vuelta a la normalidad y me dijo que estaba muy agobiada por dos razones: aquí seguía haciendo mucho calor y la ciudad olía fatal!! Había pasado el verano en el pueblo, que es pequeño, rodeada de campos, con fresquito por las noches... Entiendo perfectamente lo que quería decir pero me molestó un poco lo que dijo y cómo lo dijo (con expresión de asco). En mi opinión es normal que cada país huela de una forma determinada, o que haya diferencias olfativas de la ciudad al campo. Creo que eso también forma parte de la cultura de cada zona porque el olor está formado, entre otras cosas, por la gastronomía típica, el medio de subsistencia (ganadería, agricultura, fábricas...). Lo importante es entender ésto y respetarlo. No podemos pretender que Bangkok, por ejemplo, huela a flores, aire fresco... ellos utilizan muchas especias en la cocina y las calles están repletas de puestos donde se cocina constantemente. Tiene más de 8 millones de habitantes y todos gastan coches contaminantes... ¿es complicado respirar allí? al principio cuesta e incluso es desagradable, pero es algo intrínseco a esa ciudad, es su cultura.
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ResponderEliminarYo voy a tratar de contestar las dos preguntas que me resultaron más interesantes sobre este tema: la economía y los problemas.
ResponderEliminarPienso que un perfume caro no es igual que uno de imitación, ni en la duración ni en el olor. Los precios son abusivos, pero realmente estás pagando la calidad y la marca del producto. Aquí radica la libertad de elección de cada persona, quizás una mujer que utiliza un perfume de imitación lleva un reloj carísimo o se gasta ese dinero en comprarse ropa de marca: entra en juego la importancia que cada uno le quiera dar al olor, a las marcas, a la duración, etc.
En segundo lugar, en relación con los olores corporales que ocasionan un debate en las aulas tan solo puedo contar la experiencia que viví en el colegio: varios niños sufrían esta situación, por lo que los docentes decidieron encargarse ellos mismos de la higiene de los niños y, mientras el resto estábamos en el comedor escolar, ellos bañaban y vestían con ropa prestada a los que lo necesitasen.
Realmente, creo que es una buena solución, pero que no todo el mundo estaría dispuesto a llevarla a cabo.
Ángela Martínez.
En primer lugar, enhorabuena por el blog y gracias por prestar desinteresadamente este servicio a la clase.
ResponderEliminarEn cuanto al apartado del olor, me gustaría hacer una observación sobre el apartado de la cultura y sobre el comentario de Susi:
Estoy de acuerdo con ella, se ha de respetar cada lugar y su olor, puesto que la mayor parte de las veces las personas que allí viven no son culpables directamente del olor del ambiente, puesto que este depende más de cuestiones culturales heredadas y del desarrollo económico de la zona. Asimismo, en nuestro caso, al vivir rodeados por la huerta, sufrimos su mal olor cuando abonan los campos, pero también disfrutamos del olor del azahar cuando florecen los naranjos (por lo menos las personas que viven cerca del campo). Además, he de decir que, por cuestiones familiares, paso bastante tiempo en un pueblo de Cuenca, y allí se nota bastante el olor a granja. Sin embargo, en invierno, el pueblo huele a estufa de leña y es muy agradable.
Por lo que, como conclusión, quizá no deberíamos juzgar tanto lo ajeno y no dar únicamente por bueno lo nuestro, incluido en este sentido el olor; puesto que este forma parte de nosotros y, por ello, nos define. Así que, a lo mejor, el respeto hacia los demás empieza también por aceptar cuestiones no tan corrientes como el olor.
Alberto L.
Si tuvieseis que perder uno de los cinco sentidos, ¿cuál sería?
ResponderEliminarSiempre se ha dado mayor importancia o especial consideración a la vista y al oído. Son los dos sentidos que muchos considerareis "primarios" frente al gusto, olfato y tacto, que han considerado "secundarios".
Para enriquecer este comentario, os voy a contar un caso muy cercano a mi, se trata de mi hermana pequeña que acaba de cumplir 15 años y tuvo un accidente de moto hace aproximadamente medio año. Entre otras secuelas ha perdido el olfato. Tras recibir un fuerte golpe en la cabeza se le rompieron los ligamentos de uno de los sentidos. En un principio, los médicos consideraron que podría ser pasajero, a causa de sueros, inyecciones y diferentes tratamientos médicos; sin embargo, ahora que ha pasado más de medio año, le han confirmado que se trata de una pérdida definitiva. Por si su mal no era suficiente, la ausencia de olfato tiene repercusiones en otro sentido: el gusto. Lo ha perdido el gusto, no obstante, muchísimos alimentos le saben mal, malísimo.
Todos sabemos que el gusto y olfato están estrechamente ligados. Comemos por la boca, pero el hecho de que nos guste una comida depende únicamente del gusto. ¿Os comeríais un alimento que oliese bien pero tuviese mal gusto? Y al revés, ¿os comeríais un alimento que tuviese muy bien gusto pero que oliese fatal?
Supongo que es como todo, ¡no nos damos cuenta de la importancia de ciertas cosas hasta que no lo padecemos en primera persona o personas muy cercanas a nosotros!